Delirio

De lirios era el lecho
en que floté toda la noche
en el jardín sin luna,
donde galopaban los enanos.
Susurros y lamentos
se esparcían entre las ramas.
De lirios era tu pelo
deshojándose en la almohada.
Me intentas abrazar
pero te muerdo,
sensación en mis dientes
de una piel lisa y dura.
Sí, soy yo aquella,
la loca de la madrugada…
Pero quieren que les hable
del delirio de las rosas,
exhalación perfumada
que anega el alma,
o del lirio en el estanque,
delirio de los peces,
que nace en el lodo
y culmina en flor perfecta
al día, como un buen poema?
No soy yo, no soy esa
quien puede pintarles la vida

con mejillas sonrosadas.

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