Retorno
Toco
mis objetos
recorro
una a una las repisas,
me
vuelvo a hacer amiga
de
mis centinelas olvidados:
el
barro negro, la obsidiana, el papel.
Sacudo
el polvo, las telarañas
…antiquísimas!
Voy
reviviendo
con
el contacto de cada cosa
y cada
cosa se va reanimando
Entre
mis manos.
Al
atardecer, cuelgo la hamaca en el jardín.
Es
verano y las estrellas
tardan
más en aparecer.
Sigo
meciéndome…
intento
imaginar la mente Maya,
reflejo
de esos cielos magníficos
protectores
de las ceibas.
Finalmente
aparece la primera estrella
no sé
qué deseo pedir,
durante
años pedí una sola cosa:
que
me quisieras.
Bajo
la luna deslumbrante,
como
los gatos
me
oculto entre las sombras,
languidezco.
Mi
piel se eriza por momentos
en
la noche poblada
de
presagios y recuerdos.
Mis
manos, ángeles caídos,
sobre
el teclado se empeñan
en
reconstruir la historia;
me
sorprende la mañana
con
su frescura y sus pájaros,
al
acecho de palabras y de cuentos.
Comments
Post a Comment