La Presencia Del Manatí
En la
presencia del Manatí me estremezco,
una lagrima
brota.
No sólo yo,
no sólo por mi lloro,
si no por la
pérdida del espíritu,
por lo que
hemos olvidado,
lo que
estamos destruyendo.
Con el tambor
del carnaval,
todos los
ritmos de mi tierra tan míos
han
despertado mi raíz dormida, doliente.
He tenido que
volver al Caribe
para sanar la
herida que aquí mismo se abrió,
con la
medicina infalible del temblor de las caderas.
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